30 de noviembre de 2012

Donan piezas históricas para el Museo Municipal "Punta Hermengo".

El Museo Municipal “Punta Hermengo” de Miramar recibió nuevas donaciones que incrementarán el patrimonio cultural de General Alvarado. Entre los objetos recibidos, se encuentra un cricket para levantar carros pesados de hasta 3000 kilos y una palanca para levantar objetos o carruajes livianos. El mismo perteneció a la herrería de Alfredo Pinto Lopez donde también se fabricaban algunos vehículos tales como sulkys. La donación la efectuó su hijo, Luis Pinto Lopez. 


También se recibió una morsa de la antigua herrería de Bandiera que se adosaba a un poste colocado en el suelo. La donación fue realizada por Ariel Raúl Bandiera.

Mas info: www.museodemiramar.com.ar

El aporte cientifico de Jose Maria Dupuy, a un siglo de la creacion del primer Museo Miramarense.

Por Boh, Daniel1 y Magnussen Saffer, Mariano2.1 - Titular del Museo Municipal Punta Hermengo de Miramar. jdanielboh@yahoo.com.ar. 2 - Director de Grupo Paleo y Presidente de la Asociación de Amigos del Museo Municipal Punta Hermengo. marianomagnussen@yahoo.com.ar

Fuente original y todas las imagenes en: Boh, J. Daniel y Magnussen Saffer, Mariano (2012). José Maria Dupuy y su desconocida contribución a la ciencia argentina. Paleo, Revista Argentina de Paleontología. Boletín Paleontológico. Año 10. 75: 29-34.


Entre las figuras que contribuyeron al conocimiento científico en nuestro país y que permanecieron en el anonimato, se encuentra sin duda el señor José María Dupuy, hijo del cofundador de la ciudad de Miramar (prov. Buenos Aires) de nombre homónimo. No es exagerada la opinión ya que sus aportes y colaboraciones con las principales instituciones y científicos fue constante y mencionada en perdidos textos.

Miramar y el Partido de General Alvarado ha sido y sigue siendo meta de los estudios de muchos naturalistas, en especial geólogos y paleontólogos. Los estudios estratigráficos de nuestro país concitaron el interés de unos y otros y así Heusser, Claraz, Doering, Bravard, Burmeister, Roth, Florentino y Carlos Ameghino echaron las bases de estas especialidades en nuestro país, siendo atraídos por el entusiasmo que despertaba la interpretación de sucesivos e importantes hallazgos; más adelante se sumaron las investigaciones de Frenguelli, Rovereto, Windhausen, Feruglio, Groeber, Castellanos, Rusconi y Kraglievich, entre los mas destacados, siguiendo con los discípulos de cada uno de ellos.

Todos ellos tuvieron que opinar sobre los terrenos neoterciarios y cuaternarios del litoral marino bonaerense. Su obra en parte fue posible debido a la colaboración de campo que a través de incansables exploradores de nuestro suelo, como Carlos Ameghino y Lorenzo Parodi, permitió obtener materiales de suma importancia para los estudiosos del tema.

José Maria Dupuy (h) nació en Buenos Aires el 5 de abril de 1881 y desde niño vivió en Miramar en donde cursó sus estudios. En 1906 se casa con Victorina Arecha y si bien su situación económica no lo obligaba, decide ingresar a la Prefectura de Mar del Plata en 1910.

Para entones, Florentino Ameghino en 1908 produce el hallazgo de yacimientos del Plioceno en Miramar, Mar del Plata y Necochea; ese año, Florentino realizó tres viajes, el último junto a su hermano Carlos. En uno de sus trabajos Ameghino se refiere al cráneo del hombre de Miramar o cráneo del Arroyo La Tigra. Además en los descubrimientos de dos esqueletos humanos fósiles en el Pampeano Inferior del Moro¨ (Obras Completas y Correspondencia Científica) dice que a 60 Kms.

No mucho tiempo después de este suceso, se comenzaron a encontrar antiguos restos humanos en los alrededores de Miramar, en el sur de la provincia de Buenos Aires. El autor de esos hallazgos era un inmigrante genovés radicado en Necochea llamado Lorenzo Parodi. En septiembre de 1912, las autoridades de la universidad de La Plata preguntaron a Luis María Torres, profesor de esa casa, si durante las vacaciones convenía realizar tareas de campo.

Este contestó afirmativamente e indicó que, por la posibilidad de lograr ricas y numerosas colecciones antropológicas y observaciones estratigráficas, sería oportuno hacerlo en Miramar, Monte Hermoso y Valcheta. Con Torres colaboraba el jefe de paleontología del Museo Nacional de Buenos Aires (actual Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia), Carlos Ameghino, hermano de Florentino e interesado en continuar los trabajos de este sobre la antigüedad del hombre en la Argentina.

El 1 de marzo de 1912 es nombrado Ayudante de 3ª y trasladado a la Ayudantía de Miramar (también llamada Sub-Prefectura) como Jefe. En 1914 es ascendido a Ayudante de 2ª por lo que debe trasladarse a Mar del Plata pero, debido a la simpatía que despertó en los habitantes de nuestra localidad, estos solicitaron su permanencia, aún hasta su nuevo ascenso a Ayudante de 1ª ocurrido en 1925.

Su actividad no le impedía tener tiempo libre para recorrer la costa y recoger toda clase de especimenes, desde fósiles y restos arqueológicos hasta fauna y flora de toda clase, una afición que siempre tuvo y que posiblemente fue heredada de su padre. Esto le permite relacionarse con los grandes museos y sus investigadores, especialmente por su amistad con Lorenzo Parodi, técnico del Museo Nacional de Historia Natural “Bernardino Rivadavia”, que permanentemente recorría el país desde la provincia de Buenos Aires hasta la Patagonia, que además, poseía una "chacra-museo" en lo que es hoy día la Diagonal R. Mitre de la ciudad balnearia.

Carlos Ameghino, da a conocer en un nuevo trabajo cientifico y no tan polemico como los anteriores, los restos fósiles de una nueva especie de Tapirus, un tapir prehistórico que vivió en el Cuaternario bonaerense, al cual bautiza con la especie de “Dupuyi”, en claro homenaje a su descubridor y aportador de material científico interes para su estudio.

En 1917, José María Dupuy sigue entusiasmado luego de la consideraciones que tuvo Ameghino hacia su persona, busca y encuentra varios restos fósiles asociados entre si, Se trataba de huesos de Hippidium, un primitivo caballo americano, que vivió durante el Pleistoceno de la región pampeana. El material según consta en los archivos, fue extraído de Punta Hermengo, sitio fosilífero conocido por notables polémicas citadas, trasportados, estudiados y depositados en el Museo de Capital Federal.

Para entoces, el paleontólogo norteamericano Alex Hrdlika, quien estaba trabajando en la teoría del poblamiento americano como proveniente de Asia hace unos 30.000 años y que entró por el estrecho de Bering (Alaska), estuvo en esta región y criticó la rapidez con que se sacaron conclusiones aquí. Por otra parte el arqueólogo sueco Eric Boman en un trabajo publicado en Chile expresó que le llamaba la atención una supuesta ingerencia de la política en la ciencia argentina. En fin, estos hallazgos provocaron reacciones de diverso tipo en todo el mundo. Por otra parte hay que recordar que algunos investigadores de convicción religiosa estaban atacando a Ameghino por ser él uno de los primeros entusiastas en tomar las teorías de la evolución de Charles Darwin y que aún hoy algún dormido sigue criticando. Esto provocó que el trabajo científico se llenara de demasiados apasionamientos.

Se desconfiaba tanto de los descubrimientos que siempre tenía que acudir una comisión para comprobarlos, como otra que llegó en 1920 a nuestras tierras formada por científicos que tenían que confirmar nuevos hallazgos. Acudieron Carlos Ameghino, Rodolfo Senet, Estanislao Zeballos, Eric Boman, H. Von Ihering (Brasil) y R. Lehman Nitsche, acompañados por Lorenzo Parodi y José María Dupuy. En la oportunidad se encontró una boleadora en un estrato muy antiguo cuya foto acompaña esta nota.

Al segundo día de su llegada (cuenta Romero en su diario), fue informado de que en todo ese lugar, sus habitantes como así también los ocasionales turistas, encontraban de continuo objetos de piedra, madera y “hueso calcificado” pertenecientes a los grupos aborígenes que habitaron la costa atlántica. Romero se movilizó para conocer algunos de esos hallazgos. Por intermedio del hotelero donde se hospedaba conoció al señor José María Dupuy quién era un entusiasta aficionado a las “cosas raras” como lo llamaba nuestro autor. Una vez llegado al domicilio de Dupuy éste le muestra un pequeño museo en el que encuentra Romero objetos sumamente interesantes, recogidos todos en las inmediaciones del pueblo de Miramar.

Algunas de las piezas observadas, se parecían mucho, de acuerdo a Romero, a las que habían llegado al Museo de Buenos Aires, procedentes de los hallazgos del arroyo “Las Brusquitas”. El señor Dupuy, subprefecto del puerto, era poseedor también de algún material análogo al visto por Romero, pero recogido en la costa. Romero luego de haber observado los objetos mencionados, deduce que procedían de los mismos artífices que confeccionaron los instrumentos considerados por él de “edad fantástica”.

También asistía a Carlos Ameghino, hermano de Florentino, en los varios viajes que realizó a nuestra ciudad para trabajar con notables hallazgos. Por otra parte la colección de Dupuy creció de tal forma que hizo construir una ampliación con estantes y exhibidores en el edificio dedicado a la Subprefectura, ubicado en la Rambla, siendo este el primer museo de nuestra localidad y la región, habierto al publico desde 1912.

Debido a esta actividad e interés, el Museo capitalino solicita y obtiene de la Prefectura Marítima su asignación a la vigilancia de los yacimientos de Miramar y zona que mostraban una riqueza muy importante. Entre los visitantes del pequeño museo se encuentra el Presidente Marcelo T. de Alvear y científicos con los que luego mantenía una profusa correspondencia sobre los temas relacionados a sus investigaciones.

En 1925, José María Dupuy encuentra varios restos fósiles de un perezoso gigante extinto, y que vivió durante el Pleistoceno, es decir, has hace unos 10 mil años antes del presente. Este gigante herbívoro fue identificado como Glossotherium. Cuyos restos recuperados por Dupuy fueron trasladados por su importancia al Museo de Buenos Aires, donde allí aun son resguardados. Según los archivos de la institución, el material procede del ensenadense de Punta Hermengo, en las inmediaciones de la baliza de la ciudad de Miramar.

En 1926 un grupo de vecinos presencia la llegada de una ballena en un avanzado estado de descomposición, quedando varada sobre las restingas de la costa miramarense. En pocas horas se hicieron presentes dos vecinos y reconocidos naturalistas. El primero en llegar fue el sub-perfecto José Maria Dupuy.

El segundo personaje que llego donde estaba la ballena muerta, es decir, el hombre que era ayudado en sus exploraciones y observaciones por el mismo Dupuy, fue el más popular a nivel local y regional. Se trataba de Lorenzo Parodi, un emigrante genovés. Fue un prestigioso recolector de fósiles de principios de siglo. El mismo protagoniza polémicos hallazgos que fortalecían las teorías del origen terciario del hombre americano que sostenía nada mas ni nada menos que el sabio Florentino Ameghino, de los cuales, hemos mencionado mas arriba.

Volviendo al nuevo cetáceo varado en 1926, ambos naturalistas se encargaron de diseccionar, procesar y trasladar el esqueleto hasta la estación del ferrocarril argentino, para ser trasladado hasta Buenos Aires, ya que ambos pioneros eran colaboradores directos del Museo Argentino de Ciencias Naturales “Bernardino Rivadavia”. Hoy el esqueleto completo de este ejemplar se encuentra resguardado el deposito de dicha institución, y el cráneo se encuentra exhibido en la sala de mamíferos del primer piso del Museo Capitalino. El espécimen media 26 metros de largo y pesaba unas 130 toneladas.

Para el otoño de 1928, en otras de las tantas caminatas y exploraciones a caballo o bote que realizaba José María Dupuy por todas las playas en las inmediaciones de Miramar en busca de nuevos especimenes para su pequeño museo y para aportar a la ciencia, hallo a pocos metros del recién construido muelle de pesca del pueblo, restos fósiles de un Gravigrado de importante dimensiones. En esta oportunidad, el material fue extraído y transportado a carro en conjunto con otro notable científico de la época, el Dr kraglievich, según los archivos del Museo Argentino de Ciencias Naturales.

También se le realizó un homenaje al colocársele su nombre a una nueva especie de Tapir prehistórico, el Tapirus dupuyi (C. Ameghino, 1916). En el año 1930 fue destinado a la Subprefectura de Tigre siendo destacable que, con diversos artículos periodísticos, la comunidad manifestó su pesar por el alejamiento. Luego es destinado a San Isidro en donde realiza una gran mejoría en las prestaciones de la institución. En 1936 finalmente se retira, manteniendo su interés por las ciencias naturales, que continúa con entusiasmo y paciencia.

Dupuy fallece el 10 de diciembre de 1973 y sus restos descansan en el cementerio de Miramar, en el panteón familiar.

Su colección y pertenencias fueron donadas por sus hijos, Arminda, Irma y Horacio a nuestro museo en 1978, perdiéndose algunas piezas por la negligencia de ese entonces, aunque afortunadamente sus elementos personales y correspondencia siguen en la institución, los cuales han sido varias veces material de consulta muy valioso para recientes trabajos de revisión histórica sobre la ciencia de aquella época, a la que él contribuyó en gran medida, manteniendo una modestia que lo hizo querido y respetado por los que lo conocieron.

Bibliografía Sugerida.

Boh, Daniel. José Maria Dupuy (h) y el Primer Museo en Miramar. Revista El Espigon. Numero 38.

Cattoi, N. 1951. El "Status" de Tapirus dupuyi (C. Amegh.). Comunicaciones del Instituto Nacional de Investigaciones de las Ciencias Naturales, Museo Argentino de Ciencias Naturales "Bernardino Rivadavia", Ciencias Zoológicas 2 (8):103-112.

Magnussen Saffer, Mariano (2009). Reseña histórica de la evolución de la Ciencia Paleontológica en la Republica Argentina desde 1772 a 1910. Paleo, Boletín Paleontológico. Año 7. 41: 07-09.

Revista Guardacostas año XXI Nº 56 1985

Archivo Museo Municipal Punta Hermengo