14 de agosto de 2011

Florentino Ameghino. Un siglo despues de su Fallecimiento y su paso por Miramar en 1908.



Florentino Ameghino fue uno de los grandes paleontólogos y geólogos americanos. Descubrió más de 6.000 especies de fósiles. No sólo se dedicó a reconocer, ordenar y sistematizar; si no que acompañó sus observaciones con interpretaciones agudas e ingeniosas que le permitieron elaborar complejas teorías. Particularmente las relativas a la geología y a la paleontología siguen siendo de uso y referencia insoslayable por los científicos e investigadores en la actualidad. Su espíritu inquieto se hizo notar, y en 1878 partió hacia París para participar de la Exposición Internacional. Allí conoció personalmente a los científicos que representan la vanguardia del conocimiento en su época y realizó investigaciones. Visitó los Museos de Francia, Bélgica e Inglaterra y contrajo matrimonio con Leontine Poirier.



En París siguió los cursos regulares de la Escuela de Antropología y del Museo; hizo también una serie de investigaciones sobre el hombre cuaternario del célebre yacimiento de Chelles, que publicó en los Boletines de la Societé d'Anthropologie y en el Boletín de la Societé Geologique de France, tomando también parte en varios congresos científicos. Regresó a Buenos Aires 1881 cansado y sin recursos económicos durante la primera presidencia de Roca y debido a que lo habrán declarado cesante en su cargo, instaló una librería llamada ni más ni menos “El Gliptodón”. Comenzó a redactar sus obras: Los Mamíferos fósiles, Filogenia y La antigüedad del Hombre, que se publican en 1883 y 1884: y que constituyen las bases sobre las que se asienta toda su producción posterior.


Nació el 18 de septiembre en 1854 en la localidad de Luján, Provincia de Buenos Aires. Sus padres de origen genovés llamados Antonio Ameghino y María Dina de Ameghino ayudaron mucho en su educación y formación. Se ha discutido acerca de la fecha y del lugar de nacimiento de Ameghino. Una fe de bautismo atestigua que en septiembre de 1853 nace en Moneglia (provincia de Génova) Juan Bautista Fiorino Ameghino, mientras que en la Argentina el interesado, Florentino Ameghino, declara haber nacido en Luján en septiembre de 1854. Puede no haber contradicción ni tercio excluido. Ameghino, que se formó en nuestro país, se sentía argentino y quiso serlo, como de hecho lo fue, y olvidó o hundió en el Atlántico los escasos primeros meses de su vida transcurridos fuera de esta República.


Realizó sus estudios en la escuela Municipal de Mercedes desde 1862 a 1867, siendo su preceptor Don Carlos D'Aste. Luego en 1869 ingresó en la primera escuela Normal de Preceptores de Buenos Aires. Esos estudios quedaron interrumpidos por la clausura del establecimiento. El mismo año fue nombrado subpreceptor de la escuela Elemental N° 2 de la ciudad de Mercedes y en 1877 fue nombrado Director titular de esa escuela Municipal.


Fue, durante su residencia en Mercedes, que emprendió el estudio de los terrenos de la Región Pampeana haciendo numerosas colecciones de fósiles, e investigaciones geológicas y paleontológicas. Fue así, que hallo su primer fósil a orillas del Rió Lujan en unos pequeños barrancos, donde justamente durante el siglo VIII se hallaron los primeros restos fósiles de América, que correspondían a un Megatherium americanum.


La teoría más interesante sin duda, es la que Florentino esbozó en el libro "La antigüedad del hombre en el Plata" (1881). Allí, Ameghino sostenía que el hombre y los mamíferos eran originarios de América, y nada menos que de las pampas argentinas.


Sus inferencias se basaban en unas osamentas encontradas en el sitio de Mercedes, las cuales, según Ameghino, correspondían a un individuo que debió vivir en el Terciario, en las zonas de la pampa Argentina, al cual llamo Homo pampeanus.


Las pampas argentinas habrían dado nacimiento al precursor del hombre que él llamaba Tetraprothomo; y de este habrían nacido el Triprothomo, el Diprothomo y finalmente el Prothomo, antecesor inmediato del hombre actual. América sería la cuna de la humanidad, de cuyo centro partieron las emigraciones que poblaron la tierra de mamíferos y de hombres.


Sus consideraciones generaron una intensa polémica en su momento y logró un gran revuelo internacional en el siglo XIX, cuando las presentó en el primer Congreso Internacional de Americanistas, realizado en París en 1879. Participaron especialistas extranjeros como Hrdlicka y Holmes, postulantes de la teoría del poblamiento a través del estrecho de Bering.


Ameghino supuso también que los hombres americanos primitivos convivieron y cazaron grandes mamíferos del Pleistoceno en las pampas argentinas. La convivencia con la megafauna, como se la llama, es hoy en día confirmada, se han encontrado numerosos sitios con restos de estos mamíferos con indicios de haber sido consumidos o cazados por el hombre, tal es el caso del sitio Folson en Norteamérica, donde se encontró una punta asociada a huesos de bisontes extintos, y más cerca aún, en Argentina, el sitio Arroyo Seco, entre otros.


En 1884 comenzaría a escribirse su leyenda, cuando comenzara a ocupar la cátedra de Zoología en la Facultad de Ciencias de Córdoba, y ya para 1886 se le otorgó el título de Dr. Honoris Causa de la Universidad Córdoba. Fue nombrado Subdirector del Museo de Ciencias Naturales de La Plata, pero en 1888 por tener duras diferencias con su director, fue separado del cargo.


Al año siguiente abrió nuevamente una librería en La Plata a la que llamó Rivadavia. Creó la Revista Argentina de Historia Natural y publicó su obra: Contribución al conocimiento de los Mamíferos Fósiles de la República Argentina, cuya obra de utilizada en la actualidad por toda la comunidad científica, por la cual obtuvo una medalla de oro en la Exposición Universal de París.


La Universidad de La Plata lo designa profesor de Mineralogía y Geología en el año 1900, y dos años después, es nombrado como director del Museo Nacional de Historia Natural de Buenos Aires (hoy Museo Argentino de Ciencias Naturales Bernardino Rivadavia) en el cual ha impreso al establecimiento y a sus publicaciones un desarrollo extraordinario, que incluye la publicaciones de una obra de quince volúmenes de los anales, la aparición de su obra filosófica “Mi Creo” (1906) y la incorporaciones de mas de 70 mil especimenes a las colecciones de esta Institución.


Ha hecho numerosos viajes de estudio a casi todas las regiones de la República, y ha desempeñado en la enseñanza superior numerosos cargos, en su mayor parte honoríficos, de los que mencionaremos los principales: profesor de Zoología y de Anatomía comparada y miembro académico de la facultad.


Tuvo reconocimientos de la Universidad de Chicago. Fue Profesor de Ciencias físico-matemáticas de la Universidad de Córdoba (1884-1886), Miembro Académico de la Facultad de Ciencias Médicas de la misma Universidad, Miembro del Consejo de la Facultad de Agronomía y Veterinaria y Vicedecano de la misma (1894-1898), id. del Instituto Nacional de Agronomía, Profesor de Geología y Mineralogía y miembro académico de la Facultad de Ciencias Físico-matemáticas de la Universidad Provincial de La Plata (1897-1904).


Fue miembro activo de la Academia Nacional de Ciencias de la República Argentina, Miembro Honorario de la Sociedad Científica Argentina y de la Sociedad Científica de Chile, Miembro correspondiente de la Sociedad Zoológica de Londres, de la Academia de Ciencias de Filadelfia y de un considerable número de corporaciones científicas de Europa y América.


En 1889 envió una expedición a la Patagonia Argentina, a cargo de su hermano Carlos Ameghino, con el objeto de explorar el territorio y reunir colecciones científicas para sus estudios, costeándola de su peculio durante quince años. La participación de Carlos en las tareas de campo, ayudo mucho a Florentino, tanto para depositar su confianza, como para permitirle al ser un científico de laboratorio.


Su interpretación de la arqueología pampeana en función de los presupuestos teóricos del evolucionismo fue un gran aporte para la época: lo transformó en el portavoz de la teoría de la evolución en estas latitudes, en un medio intelectual que le era mayoritariamente hostil y en el cual esa teoría era vista como un nuevo tipo de herejía. Si bien algunas de sus suposiciones estaban kilométricamente erradas, Florentino Ameghino fue sin lugar a dudas uno de los grandes precursores de la Prehistoria Americana.


Florentino Ameghino, figura descollante de la ciencia Argentina, integra con Moreno y con Eduardo Holmberg el grupo de naturalistas argentinos que hacia 1875 actuarían en la vida científica nacional e internacional.


Desde 1909 a 1911, en estos últimos tres años de su vida, dedico su tiempo al estudio de los restos a los que atribuyo a humanos primitivos, realizando varios viajes hasta la localidad de Miramar acompañado de numerosos investigadores.


El fallecimiento de su esposa en 1909 lo conmueve demasiado, y logra para entonces impulsar muchos de sus proyectos. Pero en los primeros días de 1911, su enfermedad de diabetes lo dejó ya sin poder salir de su casa y muere el 6 de Agosto de ese mismo año en La Plata. Al día siguiente de su muerte el Gobierno Nacional decretó duelo oficial para despedir a una Gloria Nacional que debería ser considerado como un prócer.

Fuente

Fragmento del articulo publicado originalmente: Magnussen Saffer, Mariano. (2004). Florentino Ameghino. La Tremenda Voluntad Científica. Homenaje a los 150 años de su natalicio. PaleoWeb, Boletín Paleontológico. Año 2. 5: 14-17.


Fragmento del programa televisivo Naturalistas Viajeros, realizado por Canal Encuentro y la Fundacion Felix de Azara, aqui ofrecemos la parte en que Florentino Ameghino visito nuestra ciudad.


Mas Info http://www.museodemiramar.com.ar/


Aseguran que el crecimiento de la urbanización sobre la costa repercute en la erosión marina.


El Director del Centro de Geología de Costas y del Cuaternario de la Universidad Nacional de Mar del Plata, Federico Ignacio Isla, pidió este martes que se frenen las construcciones sobre la costa atlántica por los problemas que, en el corto tiempo, va a generar la constante erosión marina.


El licenciado advirtió que “hay que evitar urbanizar y forestar cerca de las playas, ya que esa es la medida más fácil para evitar futuros problemas ocasionados por la erosión marina”.

Durante una charla realizada en el marco del III Congreso Internacional sobre Cambio climático y Desarrollo Sustentable que organiza la Universidad Nacional de La Plata, Isla explicó que “los impactos en el sistema costero de los efectos que provocan los tornados del Niño y la Niña son las inundaciones que impactan sobre los estuarios y en las planicies costeras provocando serios destrozos”.

“Esto se da ya que se cambian las condiciones normales que tiene el mar y la atmósfera durante un período que va de los 12 a los 18 meses, generando grandes tormentas, las cuales hasta el momento no sabemos si tienen algún patrón o si son al azar”, agregó.


Isla explicó que, “llamativamente, mientras estamos tratando de solucionar problemas de erosión en una zona, en el lote de al lado ya se está construyendo una villa balnearia que va a tener problemas serios en los próximos años”.


Ejemplificó que “muchas veces las obras que se hacen en los puertos y playas traen consecuencias a otros distritos ya que se han desbalanceado las playas y, por lo tanto, falta arena en las costas del norte del país. Por ejemplo, las obras de defensa, los espigones, dieron una solución local en algunos distritos, pero crearon un problema más crítico que es la erosión en otros municipios".